La sociedad no descansa en la acción de construir imaginarios de cualquier tipo, ya sean políticos, emocionales, económicos, religiosos, culturales etc., estas conformaciones de idearios anclados en la mente de cada individuo, corresponden a elaboraciones hábilmente constituidas a partir de mecanismos que responden a intereses estructurados desde el poder económico, que a esta altura de la historia ya son parte de ese mismo imaginario de masas, que asumen este accionar como resultado natural del orden connatural de la historia y las cosas.

En la actualidad convivimos entre polarizaciones cotidianamente, Estados Unidos o China, Israel o Palestina, Capitalismo o comunismo, Real Madrid o Barcelona, Mesi o Cristiano y un largo etcétera de posiciones, inclinaciones, ideologías, gustos y más. Todo lo anterior confeccionado desde las formas y técnicas de persuasión invisibles, que el ecosistema socio-económico transmite a cada minuto, pero; este ambiente resiliente como nos han enseñado a denominar el sufrimiento gracias a la manipulación perversa del lenguaje, nos atrae en estos tiempos, el tener que demostrarnos a sí mismos que podemos contra nuestros miedos, inseguridades y angustias y de paso vencer a los demás en lo que sea que tengamos que doblegarlos, es el justo premio a los nuevos guerreros del mundo globalizado.

Ese mundo globalizado envuelto en la dictadura del cinismo falaz, que una y otra vez miente y se miente a si mismo, para mantener la estructura adecuada con la acumulación del capital, seduce a millones de seres en todo el planeta, es la contraparte de otros millones que piensan y sienten diferente, nuevamente la polarización de ideologías “Derecha o izquierda”, “Dios o Satanás” y entonces resuenan las campanas de los pulpitos y los defensores de la verdad enarbolan la bandera de la libertad con rodilla en tierra mirando hacia el norte, donde pueden apreciar la luz del faro de la vida correcta y conveniente. Esa condición a un sector importante de nuestra sociedad le parece correcta, somos un país manejado por unas elites corruptas que se acostumbraron históricamente a usufructuar no el país sino al “Estado”, ese concepto borroso en las mentes desinformadas y conformistas, que creen que la palabra país contiene a todos los habitantes del territorio geográfico denominado Colombia.

En la actualidad nos encontramos polarizados políticamente, los temerarios ecos de convertirnos en una nueva Venezuela no rebotaron  sobre montañas de castrochavismo pero si, sobre las murallas de la discordia interior de la ultraderecha y el progresismo, ese espejismo retorico de la clase adinerada de crear un enemigo llamado castrochavismo, es la consecuencia de la llegada de un gobierno históricamente ajeno a las elites corruptas que generó alarma en la pequeña clase oligarca adinerada, la cual una vez sentirse amenaza recurrió a la generación de miedo en las masas populares desinformadas e ignorantes, con el fin de nutrir de pueblo su nefasta ideología individualista y codiciosa, nada nuevo; son las mismas estrategias pero con diferentes protagonistas, se habla de crisis todo el tiempo en los fanáticos medios de comunicación subsidiarios de los grandes banqueros y empresariado burgués del país, es la palabra mágica, para desubicar a las masas que sumergidas en la fuerza centrífuga de la subsistencia y sobrevivencia no determinan las realidades objetivas de su entorno, porque su condición social, económica y política la dan por definida e inmutable.

La generación de la elite actual, una parte heredera del rancio pasado de políticos burgueses corruptos adiestrados por los Estados Unidos y la otra producto de la epidemia de la cultura narcotraficante que transmuto a narcoparamilitarismo, denigra del Estado como estructura de gobernabilidad democrática popular, pero si es adepta al Estado inmoral, corrupto y violento como fórmula de su bienestar económico y poder político. Es decir el estado para ellos es un obstáculo molesto para el progreso económico de la mayoría de habitantes del país, pero como agente de corrupción, de manejos ilícitos de presupuestos, poder político, acumulación de capitales y toda la maquinaria fraudulenta a su merced es muy útil.

Se acude constantemente en la retórica oficial oligarca (Léase medios de comunicación, empresas, instituciones corporativas ,educativas y demás aparato dominado por los grandes capitales) y su narrativa, a deformar lo institucional a denigrar las acciones reales del gobierno, a manipular la opinión a desfigurar la economía, amplificando frivolidades y reduciendo la corrupción histórica de la clase dominante, sustituyendo la actividad consciente de los individuos por la acción inconsciente de las masas.

Esa percepción popular actual que tienen millones de personas  en Colombia, que sin importar su condición económica aceptan y creen con vehemencia en este orden de la realidad, no se ha construido apresuradamente, es el resultado del manejo de masas, desde los laberintos de la estructura neoliberal que los gobierna en cuerpo, mente y espíritu conociendo de antemano que los hombres y mujeres se gobiernan por ideas, sentimientos y costumbres elementos claves para la conformación de nuestra esencia.

Se aproxima el primero de mayo el día a nivel internacional más importante para los pueblos, una fecha de fuerza popular sin importar el continente o país donde se celebre, en nuestro país un día de manifestación y protesta, que este año tendrá tintes diferentes en medio de la polarización que vive el país, será una oportunidad para que un segmento grande de la población manifieste su apoyo al gobierno; los miles de trabajadores que están siendo beneficiados por las reformas pensionales y laborales, conscientes de su aporte al bienestar general de la sociedad, se manifiesten con optimismo y esperanza.

La lucha por la reivindicaciones laborales, sociales, económicas, culturales, climáticas etc., continúan, las políticas neoliberales, privatizadoras, saqueadoras, excluyentes y mezquinas no son la única vía, la inconsciencia de masas es otro de los objetivos a perseguir en las batallas por el cambio que aún adeudamos las personas que queremos un mundo mejor, donde todos con alteridad tengamos un espacio de desarrollo humano, social y económico encontrándonos en lo diverso y entendiéndonos en lo distinto.

Jairo Richard Obando Luna – Escritor –Conferencista y Especialista en Comunicación Organizacional.

 

 

 

 

 

 

 

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